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Historia de Finca Villa Mariana

Corría el año 1999 cuando mi sobrina Ana María y su esposo Fernando, adquirieron un lote de terreno de aproximadamente 20.000 metros cuadrados en zona rural de Montenegro en el departamento del Quindío; con el ánimo de construir una finca de recreo, en la que pudieran descansar los fines de semana con sus hijos, amigos y familiares.

Este lote había sido adecuado por sus anteriores dueños que tenían proyectado construir unas cabañas para atender turistas ya que estaba en pleno auge el departamento del Quindío como destino turístico; al raspar el lote para aplanarlo un poco, arrasaron con la capa vegetal, por lo tanto, terminaron con los cultivos de café, plátano y árboles frutales en él existentes. El proyecto no se llevó a cabo, pues los dueños, una pareja, ella del Quindío y él extranjero, se separaron y decidieron vender para hacer más fácil la partición de bienes.

Así las cosas, cuando compraron el lote, en él no existía sino maleza, no se escuchaban, como se escuchan hoy el canto de los pájaros y animales que viven en el día, ni el sonido de chicharras ni sapos y animales que viven en la noche.

Empezó la construcción. Ana María y Fernando contrataron quien construyera la casa que debía responder a la arquitectura antioqueña, que ha sido la predominante en el eje cafetero, es decir, debía ser construida en guadua. La casa quedó conformada por cuatro cuartos, el principal con baño privado, que sería la alcoba de ellos y sus hijos pequeños, Jorge Andrés y Fernando José; además, contaba con una amplia área social, con un baño común y una cocina.

Entre los cuartos dejaron que Myriam y yo, escogiéramos una habitación que sería la de nosotros y nuestras hijas, Claudia Patria y Luz Myriam.

Empezamos a disfrutar de días maravillosos en “nuestra” finca: unos soleados, otros lluviosos, alegres amaneceres, bellísimos atardeceres… en ella pasábamos lindos momentos, vimos crecer la familia; siempre disfrutábamos la finca cada que podíamos, especialmente en las navidades, pues se reunía toda la familia.

Como el espacio ya era pequeño para todos, hubo un momento en el que pensamos que debíamos crear nuevos espacios; por lo que conformamos, una sociedad de hecho entre Ana María y Fernando, Myriam y yo.

Y empezó la construcción de un sueño que después llamaríamos Villa Mariana en honor a nuestra nieta, Mariana, quien llegó a alegrar más nuestras vidas, en octubre del año 2001.

No fue fácil, como no existía sino la casa, fuimos pensando y ejecutando, a puro pulso y con mucho esfuerzo; primero la zona húmeda en la que están la piscina para adultos, la piscina para niños, jacuzzy y baño turco; después, la fonda “Onde Lucho”, en la que se celebró la fiesta de matrimonio de nuestra hija menor, Luz Myriam y se han celebrado muchos cumpleaños de nuestros nietos. Sembramos grama, plátano, árboles frutales y un hermoso jardín con el que siempre habíamos soñado; compramos aves y animales de corral, construimos corrales, lago para patos… la casa de muñecas…, en la que están marcadas las manos de nuestros nietos cuando eran niños y son el referente para notar el paso del tiempo; también construimos una cancha múltiple y una cancha de tejo.

Hubo un momento en el que Ana María y Fernando nos propusieron que continuáramos solos con el proyecto; decidimos entonces, Myriam y yo, encargamos solos de la finca. Como no teníamos el dinero, parte del pago fue un lote de terreno que habíamos comprado antes del sueño de Villa Mariana; el resto, lo pagamos por cuotas mensuales.

Como únicos propietarios, seguimos disfrutando en familia de este paraíso. Todas las navidades desde entonces las hemos pasado en Villa Mariana, navidades inolvidables, con visita de Papá Noel incluida hasta que los nietos, Jorge Andrés, Fernando José y Mariana crecieron y ya no se comieron el cuento de los regalos traídos por él.

 Mientras más disfrutábamos más queríamos la finca. Fue cuando pensamos entonces que otras personas también podían disfrutar de lo que para toda la familia era un sitio especial… empezamos a arrendarla con exclusividad para grupos familiares y de amigos.

Los primeros turistas llegaron, de Manizales, en la Semana Santa de 2003; desde entonces se viene arrendando, pero seguimos reservándonos fechas especiales para la familia.

En una segunda etapa, se ampliaron las instalaciones, se agregaron otros cuatro cuartos grandes, cada uno con su respectivo baño; se eliminó la cocina de la antigua construcción, se construyó una cocina grande que respondía a los sueños de mi esposa, quien deseaba una cocina amplia en la que se pudiera reunir toda la familia en las navidades para preparar comida tradicional navideña; igualmente, se construyó un quiosco con fogón de leña, BBQ y amplia zona para compartir con familiares y amigos.

En 2006 se radicó nuestra hija Luz Myriam en Canadá; desde entonces, nos visita cada diciembre, seguimos con la tradición de reunirnos en la época de navideña, la más hermosa del año, en Villa Mariana. En 2014 nació en Quebec nuestro nieto Samuel quien desde su nacimiento es el más ferviente admirador de Villa Mariana en la que ha pasado, según él, los mejores momentos de su vida; siempre añora estar en Colombia, en villa Mariana, la que todos amamos porque todo lo que en ella existe, ha sido hecho con mucho amor y mucho esfuerzo.

Villa Mariana está a disposición de ustedes para que disfruten de unas agradables vacaciones, de un merecido descanso en familia y con amigos, respirando aire puro, en la tranquilidad del campo, sintiéndose felices, para lo que fue concebida desde el principio.

Los esperamos.